domingo, 5 de agosto de 2012

Blanca... una más del batallón :P




BLANCA. Murciana. Licenciada en Turismo. Bloguera. Casada y madre de dos príncipes. Simpática, divertida y "peleona". 



Blanca es una de esas personas que sin conocerlas te atrapan por lo poco o por lo mucho que a través de una pantalla del ordenador puedes llegar a saber de ella.

La conocí a través de su blog dónde sabe ponerle un “toque” de humor a lo que muchos no podríamos y eso dice mucho a su favor.

Engancha desde la primera vez que topas con su blog y seguro que a todos vosotros os atrapará del mismo modo que lo hizo conmigo.

Blanca, vaya por delante mi agradecimiento por permitirme que te conozca y te conozcamos un poquito más.

-Blanca ¿dónde naciste?
En Murcia.

-¿Y dónde vives?
En Murcia también. En el mismo edificio donde me crié de niña, pero un piso más arriba. Síiiii, vivo encima de casa de mis padres y me siento muy afortunada de poder hacerlo. Lo que piense mi marido de que su suegra viva en el piso de abajo ya se lo preguntas a él otro día, si eso (risas).

-¿Cuándo te detectaron el tumor?
En noviembre de 2011.

-¿Cómo era un día cualquiera de tu vida antes de que te lo detectasen?
Un día normal de una madre que trabaja fuera de casa, o sea un no-parar: llevar a los niños al cole, trabajar en la oficina hasta el mediodía, comer con ellos, volver a llevarlos al cole, cocinar algo para el día siguiente, recogerlos y tardes intensas de extraescolares, recados, juegos y manualidades hasta la hora de los baños y cena. Esto sí ha cambiado radicalmente con la enfermedad porque llego muy cansada a la tarde y tengo que delegar para muchas cosas. Pero soy muy afortunada porque tengo mucha gente que me ayuda.

-¿Por qué da tanto miedo pronunciar la palabra cáncer?
Imagino que porque se sigue asociando con “muerte”, pero esto hace mucho tiempo que ya no es así. Hoy en día tenemos grandes profesionales, tratamientos y equipos que permiten que los enfermos oncológicos podamos seguir dando guerra durante mucho tiempo.

-Cuando el médico te dio esa mala noticia ¿de quién estabas acompañada?
Realmente lo vi yo sola cuando recogí el informe de la biopsia posterior a la punción, antes siquiera de ver al oncólogo por primera vez. Cuando lees cosas como “sugestivas de malignidad”, “nódulo de 4 cm con microcalcificaciones” o “indicios de proceso carcinomatoso inflamatorio” es como sumar 2+2. En realidad nunca ha habido una confirmación médica por parte de mi oncólogo del tipo: “Blanca, tienes cáncer”. No hizo falta.

-¿Qué edad tienes actualmente?
37.

-¿Cómo afrontó una chica tan joven lo que se te iba a venir encima?
Al principio con mucho miedo, porque además quise llevarlo en secreto hasta tener una confirmación de lo que yo intuía. Me encontré el bulto estando sola en un hotel de otra ciudad por motivos de trabajo. A la vuelta a casa fui sola a mi ginecóloga, que me envió a la unidad de mama con un informe donde solicitaba “mamografía, ecografía y, en caso de tumoración sólida, biopsia”. Cuando me confirmaron que al día siguiente me harían la punción y se lo dije a mi hermana, quiso acompañarme y me convenció de que “el peso compartido es menos peso”.
Una vez tuve los resultados pasé los dos peores días de mi vida: llorando en la ducha matutina y gritando mi rabia en silencio. No podía permitir que mis hijos me vieran así. Así que el tercer día me levanté y me dije: “De eso nada, tú no vales para ir lamentándote por ahí. A luchar, ¡y con buena cara!” Y así ha sido hasta hoy.

-Siendo madre de dos niños pequeños ¿cómo les explicaste lo que te estaba pasando?
Mientras poníamos una lavadora juntos (risas). Los primeros diez días fueron una locura de citas y pruebas médicas prácticamente diarias por lo que yo tenía que dejar a los niños a cargo de  algún familiar y yo nunca he querido mentirles ni esconderles que iba al médico. Así que cuando el mayor (entonces 6 años) uno de esos días, mientras me ayudaba a poner una lavadora, me preguntó si iba a una revisión (él entiende por “revisión” ir al médico a que te mire por todos lados, te diga que estás hecho un toro y que sigas comiéndotelo todo) lo ví claro y les dije con toda naturalidad que no, que me habían encontrado un bultito en el pecho –como un granito por dentro- y que me estaban mirando muy bien para ver cuál era la mejor medicina para curarme. Y con toda naturalidad seguimos metiendo ropa al tambor. Desde ese día los niños tienen claro que “mamá tiene un bulto por dentro del pecho”.

-¿Cuáles son las primeras preguntas que te rondan y se van acumulando en tu cabeza?
Mi gran preocupación era si el tratamiento me permitiría seguir haciéndome cargo de mis hijos, jugar con ellos, llevarles al cole… ante todo lo que me preocupaba era protegerles y que no vieran sus rutinas demasiado alteradas. Soy muy racional y tengo mucho autocontrol por lo que nunca me he permitido crearme paranoias extrañas. Cuando en aquellos primeros días alguna vez, y siempre pensando en ellos, me pregunté si podría morir, automáticamente me dije que era una bruta por pensarlo y lo descarté de plano.

-¿Cómo les explicas a tu familia lo que te pasa?
Cuando recojo el resultado de las mamografías y ecografías previas a las punciones comprendí que aquello no podía llevarlo más tiempo sola y se lo conté a mi hermana mayor –la que me acompañó al día siguiente a hacerme las punciones-, que habitualmente vive al otro lado del Atlántico pero casualmente en esa época estaba pasando unos días en España (por eso en el blog me refiero a ella como Allende, de “allende los mares”). En un principio yo quise retrasar el darles la noticia a mis padres hasta tener la confirmación del oncólogo, pero ella me convenció de que, puesto que lo teníamos claro, era mejor comunicárselo ya y así poder luchar juntos.

-¿Cómo reciben ellos la noticia?
Con el estómago lleno (risas). Dejé a mi hijo mayor con unos amigos y al pequeño con mi sobrina y avisé a mi madre de que al día siguiente comeríamos mi hermana y yo en su casa, todo de manera que pareciera casual. Qué comida más violenta. Yo no terminaba de encontrar la manera de decirle a mis padres que su hija pequeña tenía cáncer (soy la menor de cuatro hermanos). Pero al llegar a los postres, mi hermana me hizo un gesto como de “vamos, que tú puedes” y les dije que aunque aún no había ido al oncólogo, acababa de recoger los resultados de la biopsia. Les enseñé el informe y lo tuvieron igual de claro que yo. Mi padre dijo: “Tranquila, todo va a salir bien”. Y mi madre dijo: “Somos un equipo”. Nunca olvidaré esas dos frases.

-¿Hay alguien que te ha sorprendido, tanto positivo o negativo, en su forma de comportarse contigo?
Mi fuerza ha sido la naturalidad, por lo que pedí a mi gente que no me avasallara con llamadas de ánimo, abrazos exagerados ni cosas así que harían que mi seguridad se tambaleara. “Sí, tengo cáncer pero lo voy a superar. No hagamos un drama de esto”. Todo el mundo ha sido muy cariñoso y ha sabido respetar mis “tempos”.  Hasta he podido recuperar el trato con gente con quien perdí el contacto hace muchos años y eso da mucho gustito.
Quizá sí ha habido quienes en algún momento del proceso desaparecieron, pero lo considero dentro de lo normal. Hay quien, tras recibir la noticia, de pronto no sabe cómo comportarse contigo y va desapareciendo y otros que simplemente deciden no estar. Pero me quedo con todo lo contrario: gente con quien tenía un trato más bien esporádico y ahora me siguen a diario y están muy pendientes de mi evolución, preocupándose de verdad y alegrándose con cada uno de mis avances.
Lo que sí me tiene asombrada es lo cariñosísima que es conmigo la gente que sólo me conoce a través del blog, los mensajes de ánimo e incluso de admiración que me envían. ¡A mí! ¡Si yo sólo soy Unamás!

-¿Qué te explicó el médico o el equipo de médicos sobre el tratamiento al que serías sometida?
Mi oncólogo es amigo de la familia desde hace muchos  años (mi padre superó un cáncer de colon hace 12 años) y probablemente porque captó en seguida que yo lo prefería así, no me bombardeó con excesiva información. En la primera cita, tras leer los resultados de las innumerables pruebas a las que me había sometido en los últimos días,  me preguntó con muchísimo tacto: “Lo sabes, ¿verdad?” a lo que yo asentí. Me dijo que nos esperaban unos meses “muy entretenidos” en los que “nos vamos a ver muy a menudo” afirmando que “será duro, pero de ésta se sale”.

Me explicó en qué consistía el primer paso de mi tratamiento, la quimioterapia, pero ni siquiera me detalló la cantidad de efectos secundarios que puedes tener (porque puede que ni siquiera los tengas, como así fue), aunque sí me dijo que desde el día siguiente, -día en que me darían mi primera sesión de quimioterapia- contaba con 18 ó 20 días hasta que se me cayera el pelo de golpe en 24 horas, para que estuviera preparada y tuviera previsto pañuelos, peluca o lo que yo decidiera usar. Me dio su móvil y se puso a mi disposición para cualquier cosa que quisiera consultarle en cualquier momento y me dijo que después habría una operación y radioterapia, pero que ya me iría contando el tratamiento conforme transcurriera el proceso. Y estoy encantada con su manera de trabajar porque dos de mis lemas son: “Olivica comía, huesesico al suelo” y “La pena, pa’ cuando llegue (que lo mismo, ni llega)”.

-Hasta el día de hoy ¿por qué pruebas y cuantas sesiones de quimioterapia y radioterapia has recibido? -¿Y cuántas sesiones te quedan aún?
Exactamente hasta ayer: 2 mamografías, 2 ecografías, 2 punciones (1 BAG + 1 PAAF), 1 gammagrafía, 2 TAC, 10 analíticas, 1 resonancia magnética, 6 ciclos de quimioterapia, 1 operación, 50 puntos de sutura, cientos de minutos de fisioterapia, 1 prótesis y 25 sesiones de radioterapia. Soy incapaz de contar las citas médicas. Y te digo “hasta ayer” porque justamente ayer, 31 de julio, recibí mi última sesión de radioterapia.

En principio, ya hemos acabado con toda la munición prevista para derrotar a mi enemigo. En unos días me harán un TAC de cráneo, tórax y abdomen y una analítica completa para comprobar si todo está bien.

-¿Cuándo te hablaron de operación, antes de las sesiones de quimioterapia o después?
En la primera cita con el oncólogo. Antes de todo.

-¿En qué te ha ayudado el estar escribiendo un blog?
 ¡En todo!. Al principio lo creé para poder mantener informados a amigos y familiares que no tenían Facebook, que era el canal que utilizaba para ir contando mis primeros pasos, siempre en clave de humor, porque así me salía y para que vieran que me encontraba perfectamente. En pocos días vi que tenía decenas de visitas de gente que no conocía de nada que decían sentirse bien al leerme. ¡A mí! ¿Imaginas la alegría que se siente? Si con una sola de mis tonterías he conseguido que una sola persona sonría, me doy más que por correspondida. Cuando además te dicen que el que sonríe es un enfermo o un familiar de alguien que está atravesando un cáncer, sencillamente, me despatarro en el sofá de satisfacción.

-¿Crees que con ese blog podrás ayudar a otras personas que en un futuro se vean en tu misma situación?
Ojalá. Los comentarios y mails que recibo me hacen ver que, efectivamente, escribir mis andanzas y sobre todo que sea en clave de humor ayuda a otras personas a sobrellevarlo con positividad. Ya que vas a tener que pasar por todo esto, por lo menos que lo llevemos con alegría. Pero insisto, las muestras de cariño que recibo me tienen desbordada. Sigo sin tener muy claro cómo les hago todo el bien que me dicen, porque yo sólo soy Unamás. Una Más del Batallón (de luchadoras del lazo rosa).

-¿Quiénes son los “Pelones Peleones” y qué te han aportado a tu vida?
Pelones Peleones es un colectivo de personas afín al cáncer (enfermos, familiares de enfermos, profesionales sanitarios o sencillamente gente sensibilizada con esta enfermedad) que compartimos experiencias, nos damos ánimo, nos apoyamos en los momentos difíciles y luchamos por mejorar lo que consideramos justo con respecto a enfermedades onco-hematológicas. Cualquier persona puede ser un Pelón Peleón.
Pelones Peleones ya ha pasado a formar parte de mi vida diaria. Como digo en mi presentación en la web, “yo soy yo y mis circunstancias” y al igual que en su día fui scout o estudié inglés, ahora tengo cáncer y soy Pelona Peleona. Eso ya se queda conmigo para siempre. Pelones son mis amigos, con los que mantengo contacto diario. Hablo con ellos mucho más que con muchos de los que tengo físicamente a mi alrededor en mi día a día.

-¿Cómo diste con ellos?
Cuando empecé a escribir el blog conocí otros blogs de gente que como yo, contaba sus experiencias con el cáncer. Las primeras a quienes me encontré en la red fueron Ainara (http://elblogdeainaratrigueros.blogspot.com.es/), Eva (http://eva-aguilera.blogspot.com.es/) y Clara (http://rompiendoestadisticas.blogspot.com.es/). Las tres enfermas de cáncer -de mama-, oncochungas como nos bautizó Clara posteriormente, que me llevaban unos meses de ventaja en el tratamiento. Conectamos en seguida y a través de ellas conocí a Janire, Jose, Elías, Cristian, Esti y Mª Carmen. La relación se estrechó cada vez más y surgió el concepto “Pelones Peleones”, con un perfil en Facebook y posteriormente una web que surgió sin tenerla prevista, para dar cabida a todos aquellos que se consideren Pelones Peleones.

Y seguí conociendo gente como Paloma, Leo, Marta, Mila, Mónica, Maite, Mateo, Toñi… y tantas otros enfermos o familiares de enfermos que se han convertido en auténticos AMIGOS, así en mayúsculas, casi una “familia” a cuyos miembros aún no he podido poner cara porque las veces que ha surgido la oportunidad de vernos, yo he estado liada con mi tratamiento. ¡Pero es que cada uno somos de una punta del mapa!

-Te voy a decir cuatro nombres y tú nos dices cómo los conociste y quienes son:

Jani es la musa de Pelones Peleones, como nos gusta llamarla. Sufre una aplasia medular y lleva demasiados meses pendiente de un donante de médula ósea compatible que le permita mejorar su calidad de vida y no depender de medicinas, analíticas y transfusiones periódicas, por ejemplo. A través de ella supe lo que eran las enfermedades hematológicas, conocí la importancia y necesidad de las donaciones de médula ósea y cordón umbilical y lo que se puede mejorar en el actual sistema de donaciones. Hicimos de su lucha nuestra lucha, y ahí estamos todos gritando #donamedula #donacordon.

Es un niño encantador que gracias a un trasplante de células de cordón umbilical ha superado un Síndrome de Inmunodeficiencia Combinada Severa (SCID), lo que todos conocemos como “niño burbuja”. Desde su “pecerita” del hospital nos escribía su día a día y ahora por fin ya está en casa disfrutando como un niño sano y creciendo a pasos agigantados.

Elías es el yogurín de Pelones Peleones (risas). Un chaval al que diagnosticaron una leucemia linfoblástica aguda cuando tenía 19 años que tras dos durísimos años de lucha ha podido por fin retomar su vida. Es un chaval encantador que siempre ha vivido su enfermedad desde el positivismo.

Leo es nuestro “capitán”, que nos ha contado su día a día en el hospital desde su camarote del submarino donde ha estado viajando todos estos meses por boca de su mami, que es una campeona. Él también pasó por un trasplante de células de cordón umbilical hace unos meses, lo que le ha permitido llevar su submarino a puerto y disfrutar ahora en casa de su hermana y su familia. Aún no puede recibir visitas ni salir a la calle hasta que sus defensas suban un poquito más, pero estoy segura de que eso sucederá en breve y poquito a poco podrá disfrutar de todo como un niño más.

-Una de las personas maravillosas que he tenido el placer de conocer a través de este medio es Cristian Eslava. Por lo poco que sé de él, es de esos tipos de personas que te hacen seguir creyendo en el ser humano, pero por favor, para quién no tenga el placer de conocerle, dinos ¿cómo es él, cómo le conociste, desde cuándo le conoces y qué es lo que te ha enseñado?


http://entrevistascercanas.blogspot.com.es/2012/07/cristian-eslava.html

Cristian es un tío genial, solidario, íntegro, comprometido, un gran amigo siempre dispuesto a ayudar. Una bellísima persona. Lo conocí a través de Ainara, y nada más leer la cabecera de su blog me enganché. Una persona sana que se rapa el pelo por solidaridad con su tía, enferma de cáncer, es alguien que está hecho de una pasta especial.


Su blog, “La leyenda de Caillou”, se ha convertido en referente sobre el cáncer para muchísima gente por ser una fuente de información sobre esta enfermedad, iniciativas, campañas, curiosidades… Tanto es así que recientemente le han entregado el premio Héroes Sociales 2.0. Pero él es humilde hasta las trancas y se sigue considerando un “intruso”. ¿No es para darle una cariñosísima colleja? (risas)

Yo le conocí a través de “Sonrisas” (http://laleyendadecaillou.org/sonrisas/), una iniciativa que llevó a cabo al poquito de empezar mi blog, allá por diciembre de 2011, cuando su blog cumplió un año. Hoy puedo decir que es un gran amigo al que tengo muchísimo cariño y de quien espero ser co-suegra cuando consiga que alguna de sus dos princesas se interese por alguno de mis príncipes (risas).

-¿Qué regalo de los “Pelones Peleones” recibiste el día antes de tu operación, o cómo tú dices, “operación spa”?
(risas). Son geniales. Cuando acabé la quimio y aún faltaban 3 meses para operarme dije en el blog que me había tocado un premio: una estancia de varios días en un resort vacacional llamado Villa Mastectomía con todos los gastos pagados. La noche antes de ingresar, todos a la misma hora, saturaron mi facebook con fotos de todos ellos ataviados como para venirse a un spa conmigo: con gorros, albornoces, toallas, mascarillas cosméticas…
Recibir estas enormes muestras de cariño a unas horas de entrar en quirófano, sencillamente, no tiene precio.




-¿Quién te estaba esperando cuándo saliste de la operación?
¡Un rebaño completo! Mis padres, mis tres hermanos, mi marido, los hermanos de mis padres y sus consortes, mi prima M. que es como una hermana más y al otro lado de las redes y líneas telefónicas, mis amigos y mis Pelones Peleones. Es que tengo la grandísima suerte de tener mucha gente que me quiere y se preocupa por mí.

-¿Cómo trascurrieron los días siguientes?
Entre risas. No podía ser de otra manera. Hacíamos bromas con la “decoración” que puse a mi habitación de la clínica nada más llegar: una herradura de verdad toda oxidada y torcida porque en su día la utilizó un caballo y que mi hermana trajo desde Sudamérica envuelta con un lazo rosa para que me diera suerte, o el kit de bienvenida con el que me sorprendió mi otra hermana que incluía, entre otras cosas un espejo “para comprobar diariamente lo buena que estás”, o la bandeja de jamón de jabugo que trajo mi tía desde Madrid porque “que no le falte jamón a un buen pelón”.  Nos reíamos de la más que reducida movilidad de mi brazo “venga, 10 puntos si consigues pelarte la pera” o de  lo mucho que me presionaban mis familiares para que pusiera la tele porque “nena, con el depósito que hemos tenido que pagar por el mando, nos daba para comprar la tele entera”.

-¿Cuánto tiempo pasó desde que te operaron hasta que te mandaron a casa?
¡Sólo tres días! Me operaron un viernes a las 16:00h y el lunes siguiente ya estaba yo comiendo en mi casa. Yo pensaba que sería más. De hecho sigo preguntándome si es que rompí algo y me echaron antes de tiempo (risas).

-¿y cuánto desde que te mandaron a casa y comenzaste con la radioterapia?
Un mes y medio.

-¿Para qué sirven esos ejercicios tan modernos que te inventaste sobre hacerte el moño y atarte el delantal?
(risas) En mi caso la rehabilitación la hice en casa, siguiendo las pautas que me dio mi médico. La enfermera de mi ginecóloga me explicó en qué consistían los ejercicios para recuperar movilidad y fuerza en el brazo, axila y pectoral afectados por la cirugía, y entre ellos estaba el tocarme la cabeza para a continuación tocarme la espalda con el mismo brazo, a la manera de: “me hago el moño y me ato el delantal”. Se me ocurrió utilizar pegatinas de mis hijos como incentivo de manera que, con el ejercicio de estiramiento, cada día me ponía una marca en el punto más alto donde había llegado. Así al día siguiente me obligaba, como mínimo, a igualar la marca del día anterior.

-En todo este largo proceso, ¿en qué momentos has sentido verdaderamente miedo?
Sólo los primeros días, cuando únicamente yo sabía lo que había y aún no había hablado con mi oncólogo. Y en el momento de entrar a quirófano, cuando viene el celador a llevarte y ves que queda toda tu familia pendiente.

-Blanca, si yo un día, llamo a tu puerta y te digo: “Blanca quiero hacerme donante de médula ósea, pero quisiera informarme antes y no sé dónde hacerlo y además, me da miedo” ¿qué me dirías?
Que hago un café estupendo y es el momento idóneo para que lo pruebes mientras te lo cuento todo sobre el proceso para hacerse donante, que es tan sencillo como firmar un consentimiento y hacerte una extracción de sangre totalmente normal, como la de cualquier análisis de los que nos hacemos habitualmente,  con la que ya entras en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea. Si además tienes la grandísima suerte de que en algún momento de tu vida te llaman desde la Fundación Josep Carreras para decirte que eres compatible con un enfermo que necesita tu médula, la extracción en el 90% de los casos se hace por aféresis: cogiéndote una vía en cada brazo por una de las cuales sale tu sangre, una máquina se queda con las células que donas y el resto te lo devuelven por el otro brazo. Es como una extracción de sangre, pero más larga. Nada que ver con agujas tremendas clavadas en la espalda, como creíamos todos (la médula ósea no es la médula espinal).
Y si después del café y la charla decides que quieres dar el paso y ser donante, te acompaño al centro de hemodonación para hacerlo. Y no te cobro el café ni dieta por desplazamiento (risas).

-¿De dónde sacas fuerza para ponerle a todo sentido del humor?
(risas) Pues es algo que me pregunta todo el mundo, pero es que me sale solo. Imagino que cuando no te duele nada, o te duele pero poquito, es fácil mantener un estado de ánimo “saleroso”.

-¿Qué son realmente las sesiones de “depilación” cómo tú las llamas?
Son los ciclos de quimioterapia, desde el primero de los cuales perderás todo el pelo de tu cuerpo. Y cuando digo “todo”, digo bien. Subráyame el “todo” (risas). De ahí que sea como una depilación integral.
En mi caso eran cada 21 días. Ese día te pasas la mañana conectada a un gotero por el que te van metiendo los diferentes venenitos que te salvarán la vida. Donde me lo daban a mí era en una sala donde estábamos unos diez pacientes, así que puedes entablar conversación, comentar lo que están poniendo en la tele, leer tu libro o los periódicos que hay allí a tu disposición… un poco “peluquería de marujas”.

-¿Qué significa el día “4 de Febrero” para tí?
Es el Día de la Lucha contra el Cáncer. Yo hasta ahora ni siquiera sabía qué día era salvo porque te encuentras las mesas y las huchas de la AECC en la calle. Para un enfermo, los 365 días del año son de lucha contra el cáncer, pero sí creo conveniente que haya un día de concienciación a la sociedad para recordarles que somos muchos los afectados y que hace falta seguir investigando en su prevención y curación porque nos puede pasar a cualquiera.

-¿Sabes de alguna persona que no haya podido recibir su tratamiento por culpa de los recortes en sanidad?
No conozco ningún caso en particular a quien pueda ponerle cara, pero todos hemos leído casos flagrantes en prensa.


-¿En qué te inspiras para escribir en tu blog esos pedazo cuentos medievales?
Los cuentos medievales surgieron por casualidad cuando unos días antes de mi cuarto ciclo de quimioterapia cogí una gripe que me dio fiebre y mi oncólogo me envió derecha a la cama hasta reponerme. Me vi encerrada como una princesa en la torre del castillo sólo que en vez de estar rodeada de apuestos caballeros, a mí me flanqueaban los antibióticos y antipiréticos. Ciertamente tienen mucho éxito entre los lectores (risas).
Tras la operación (mastectomía) pasé a ser “la bella amazona de nombre Uniteta”. Y esta semana una amiga me ha concedido el apellido Doscojonis. ¿No es genial?

-¿Quiénes son tus príncipes y que son sus perlas?
Mis príncipes son mi tesoro más preciado: Príncipemayor tiene 7 años y Príncipepequeño , 4. Siempre me he referido a ellos como “mis príncipes” y cuando empezó todo esto una amiga me dijo algo tan bonito como que “Tus hijos son príncipes porque su madre es la Reina del Mambo”. ¿No es fantástico tener gente que te quiera tanto?
“Las perlas de mis príncipes” es una sección del blog donde comento las frases ocurrentes que sueltan cada dos por tres.

-De toda esta travesía que llevas recorrida ¿Cuántas y cuáles son las lecciones que llevas aprendidas?
Uy, ¡muchísimas! Pero la principal ha sido conocerme más a mí misma y darle a las cosas la importancia que realmente tienen. Suena a tópico, pero te aseguro que es verdad. Antes de pasar por un cáncer hay mil cosas bellas que por ser algo normal (una cena con amigos, una conversación telefónica) o habituales (llevar a los niños al cole, una tarde de juegos) no les damos importancia, y en cambio hay otras cosas superfluas que pueden conseguir quitarte el sueño. A mí ahora la gente me dice: “Te veo fenomenal. Estás estupenda. Estás igual que antes” y yo les digo: “No, estoy mejor, porque ahora todo me importa un pimiento” (risas).

-¿Qué vas a hacer cuando el médico te diga que la batalla está ganada y que ya todo terminó?
Cuando acabé la quimioterapia le pedí a Príncipemayor que me grabara en vídeo bailando una especie de jota y cantando algo así como: “Titiriritititiiii ¡Se acabó la quimio! ¡Se acabó la quimio!” y tuve la poca vergüenza de colgarlo en Facebook (desde entonces acuñamos el término “bailar un titiriritititi” como sinónimo de celebrar una buena noticia, sobre todo si es médica). Cuando el médico me diga que la batalla está ganada pienso vestirme de tirolesa y recorrer la Gran Vía arriba y abajo contándole a todo el mundo que lo he superado (carcajadas). No, ahora en serio. Pienso liar la de San Quintín. No sé cómo, pero quiero que toda esa gente que ha estado a mi lado todo este tiempo lo disfrute conmigo.
Lo de que “todo terminó” no creo que lo asuma nunca. Cuando has pasado por esto, la vocecilla queda contigo de por vida. Por eso ahora aprovecho la mínima para celebrar cualquier cosa.

-Cuéntanos cómo tú sólo sabes qué es una resonancia magnética
Una resonancia magnética es ponerte una ridícula bata que no puedes cerrar de ninguna manera, acostarte boca abajo sobre una estrechísima plancha de un metal helado, meterte con ella dentro de la lavadora, invitar a que unos obreros enciendan el motopico y el bulldozer en tu cocina y dejar que un instalador de alarmas pruebe el volumen máximo de varias de ellas al mismo tiempo mientras tú te quedas muy quieta, muy quieta y dejas que un desconocido te haga fotos durante media hora.

-Y ahora en qué consiste una sesión de radioterapia.
La radioterapia es mucho más tranquila, ¡dónde va a parar! Te cambias de ropa en una cabina donde te hacen ponerte una bata igual de ridícula que la de la resonancia, paseas tu culo espalda por un pasillo interminable hasta la máquina, te acuestas en la camilla (ésta es un poco más ancha que la otra ¡bien!) sobre un cojinete más duro que una piedra pero que han tenido el detalle de hacerte a medida. Levantas el brazo malo (¡ay!) y dejas que los técnicos jueguen contigo y con la camilla al toro mecánico hasta que deciden que estás en la posición correcta. Te dejan sola y te piden que no muevas un pelo durante todo el rato que dure la sesión mientras la máquina se mueve a tu alrededor al ritmo de continuos  bzzzzzz’s y ruuuuu’s. Eso sí, como no es muy escandalosa, en esos 20 ó 25 minutos te da tiempo a hacer mentalmente la lista de la compra y el equipaje del fin de semana –mis sesiones eran más largas de los 5 minutos habituales porque era una radioterapia especial que se llama “de intensidad modulada”. Luego ya sólo te queda recordar en cuál de las tres cabinas dejaste tus cosas (yo es que soy muy despistada, pero no se lo digas a nadie).

-¿Qué son los “progenitores hematopoyéticos”? (Caray con las palabritas jaja)
Son las células madre encargadas de fabricar los componentes de la sangre: leucocitos, glóbulos rojos, plaquetas… Se encuentran en la médula ósea (nada que ver con la médula espinal) y se pueden donar para que un enfermo de leucemia u otras enfermedades de la sangre salven su vida.

-¿Cuántos pañuelos guardas en tu fondo de armario?
Uufff… no sé… incluyendo las bragas que usaba debajo de los pañuelos (bragas DE CUELLO, lo que se conoce como buff, ¡malpensados!) y los anudados elásticos que usaba en casa… quizá unos 40. Pero nada del fondo del armario, los tengo bien a mano (risas).


-¿Quién es la Srta. Miss Pelos?
(risas) Es como llamamos en casa a mi peluca. Cuando la traje a casa, la puse sobre la cabeza de corcho con la que te la venden y se la presenté a Príncipepequeño como mi nueva amiga, la Srta Miss Pelos. Salió corriendo, descojonao de la risa, a buscar a su hermano gritando: “¡¡¡Miraaaaaaaaaaaaaaaaa, mamá tiene un escaparate en el baño!!!”

-¿Y quién es el antisistista?
Es ése que debe ser tan aburrido que la gente cuando está con él, se queda dormida. Anastasista, antisistista… no sé por qué a los médicos les ponen nombres tan raros.

-¿Quién es Doménica y desde cuándo se ha convertido en “una inquilina en tu cuarto de baño”?
Doménica es, después de la Srta Miss Pelos, mi nueva mejor amiga. Es mi prótesis de mama y la llamé así porque, salvo mis príncipes, todos sabemos lo que es una “dominga” y de dominga, Doménica (risas).

-¿Qué pasó el 22 de Junio de este mismo año, el 2012?
Que el colectivo Pelones Peleones entregó en el Ministerio de Sanidad las casi 100.000 firmas que recogimos solicitando una campaña nacional sobre la donación de médula y exigiendo cambios en el actual sistema de donaciones.

-¿Cómo os recibieron en el Ministerio de Sanidad?
No nos recibieron. Así. Como suena. Estaban advertidos puesto que así lo hicimos, además de que  tienes que rellenar unos impresos especiales y presentarlos por el registro del propio ministerio. Acudieron unos cuarenta Pelones portando pancartas, globos… acudieron muchos medios de comunicación, pero del ministerio no nos recibió nadie. Significativo, ¿verdad?

-Si tuvieses la oportunidad de tener una cita privada con Ana Mato, la ministra de sanidad ¿qué la dirías?
Que hay mucho que mejorar en el sistema de donaciones de médula ósea y cordón umbilical y desde Pelones Peleones sabemos cómo hacerlo. De hecho creo que si no la ministra, otros responsables sí son conscientes de esto, pero no quieren escucharnos porque somos incómodos. Llamamos a las cosas por su nombre, no nos cortamos denunciando lo que consideramos injusto y además presentamos soluciones factibles.

-¿Por qué son tan importantes las campañas sobre donación de médula y cordón umbilical?
Porque salvan vidas a mucha gente que de otra manera no podría curarse. Porque yo misma he podido comprobar que la gente es buena y tremendamente solidaria, y cuando se enteran de lo que es la médula ósea y para qué sirve, lo sencillo que es el proceso para hacerse donante e incluso para hacer efectiva la donación llegado el caso de que fueras compatible con un enfermo, acuden inmediatamente a hacerse donante. Pero por alguna extraña razón no interesa que esto se sepa. Quiero pensar que no es un tema económico porque sería como ponerle precio a la vida de los enfermos y eso me parece aberrante.
Pero mientras algún responsable toma las riendas y se pone manos a la obra, los enfermos y allegados seguimos haciendo nuestras propias campañas, a través de las numerosas iniciativas que hemos llevado a cabo como los “billetes solidarios” (donde escribimos a mano el mensaje: “hazte donante de médula ósea” y el nº de teléfono de la Fundación Josep Carreras donde te pueden informar de todo al detalle), las pegatinas en los taxis de Murcia, los carteles en las pantallas del metro de Bilbao o en numerosos comercios, universidades y centros de trabajo por toda España. Y todo sin poner ni un solo euro.

-¿Qué son las beep beep y cuantas personas calculas que las han visto?
(risas) Fueron beep beep (en plural) hasta el día de mi operación, ahora es una sola acompañada de una tal Doménica. Verlas me las ha visto muchísima gente en los últimos meses, sobre todo del género masculino. Y ¿sabes una curiosidad? Todos, absolutamente todos los que las han visto llevaban bata. Blanca, verde o azul, pero todos con bata. Qué curioso, ¿verdad?

-¿Quién es el doctor Druida?
El druida es mi oncólogo. Porque es sabio, sabe lo que me va a ir sucediendo en el futuro y me prepara brebajes que hacen cosas con mi cuerpo sin que yo lo controle. Consiguió cosas como, por ejemplo, que hiciera pipí rojo o se me cayera el pelo. Y cuando volvió a salir pude comprobar lo que es tener los pelos de punta, en el sentido más literal de la expresión (risas).

-¿Qué tal trato has recibido por parte del equipo médico?
Perfecto. No puedo tener más que palabras de agradecimiento a todos ellos. Todos me han tratado fenomenal. Todos los médicos (y son un buen puñado de especialistas diferentes los que te tratan durante todo el proceso), enfermer@s, auxiliares, técnicos de las numerosas pruebas a las que me he sometido, el personal del laboratorio donde me hago las extracciones, las chicas de quimioterapia, las de radioterapia… todos absolutamente todos han sido encantadores y muy profesionales. Sobre todo me han tratado con mucho tacto y humanidad, cosa que se agradece mucho cuando pasas por esto. Quizá con quien no he congeniado del todo es con mi radioterapeuta, pero es que es un poco rara…

-¿Qué es una mastectomía radical modificada?
Que te quiten una teta. Un, dos, tres, responda otra vez. Una teta. Y en mi caso además, 12 ganglios axilares afectados.

-Para finalizar ¿qué consejo darías a todas esas mujeres que están empezando el camino que tu ya llevas recorrido?
Uy, yo no soy quién para dar consejos. Lo que sí haría es ponerme a su disposición para cualquier cosa: dudas que puedan tener con respecto a las pruebas, el tratamiento, a los efectos secundarios… pero sobre todo para intentar que no se vengan abajo y servirles de apoyo. De ésta se sale y además, siendo mejor persona.


De nuevo muchas gracias Blanca. Eres un ejemplo para muchas que lo sepas. Besos.

Si queréis saber más de Blanca, lo podéis hacer a través de su blog: 

Si lo que deseáis es poneros en contacto con la organización "Pelones Peleones"  lo podéis hacer a través de su página web:

Para contactar con la fundación de Josep Carreras en enlace es el siguiente: 

Si necesitáis más información sobre la donación de médula os podéis informar también aquí: 

Para cualquier duda sobre la donación de médula ósea, llamad al teléfono gratuito:
900-32-33-34 Es el teléfono de la fundación Carreras 



14 comentarios:

  1. Realmente es una entrevista conmovedora. Blanca demuestra ser toda una Jabata. Un ejemplo de superación y un ser humano entrañable, valiente y lleno de sentido del humor. Un arma imprescindible y muy difícil de usar en estos casos. Está claro que las ganas de vivir son lo principal para tirar hacia adelante... y la suerte de rodearse de buena gente que te quiera y te empuje.
    Enhorabuena,Blanca, por tu valor, tu alegría y tu familia.

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  2. Me parece una entrevista valiente,llena de enseñanzas para todos!
    Gracias por presentárnosla!
    besos a las dos!

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  3. En la vida hay personajes, personas y personas grandes y Blanca es de las grandes personas. Su humor, su naturalidad y su valiente actitud ante un cancer la hace grande, grande...ha sido un placer conocerla y en la medida de lo posible lo seguiré haciendo a traves de su blog.
    Gracias.

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  4. Me ha encantado.
    Blanca (Unamás), antes de empezar ya había derrotado a su enemigo y éso hace muy grande a una persona, pero no me extraña demasiado viendo la contestación que le dieron sus papis.
    Un besazo enorme y sigue siempre con ésa fuerza que aunque en algunos momentos se pueda desvanecer, siempre estará en el interior para enseguida florecer.

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  5. Enhorabuena Mónica! esta extraordinaria entrevista a Blanca, una gran mujer, valiente y solidaria me ha dejado sin palabras ya que desgraciadamente el cáncer nos toca de cerca en mi casa, concretamente el de cólon que padeció su padre hace 12 años y mi marido hace 3.
    Muchas gracias por tu visita a mi blog.
    Muchos besoss a las dos!

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  6. Una enfermedad como la que ha afectado a Blanca cambia realmente la vida y en este caso, se nos da un ejemplo de cómo se ataja y se invierte el destino: con esfuerzo.
    Una vez más doy las gracias a Mónica por hacernos llegar esta entrevista tan humana y cercana.
    besos a las dos!

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  7. El factor humano multiplica las fuerzas necesarias para afrontar con éxito semejante reto. Besos cariñosos a ambas :)

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  8. Positividad, humor, y muchas ganas de luchar. No cambies, paisana!!!
    Abrazos para las dos.

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  9. Muchísimas gracias Blanca. Eres un ejemplo para todos. Muchos besos y cuando quieras, animas a tu marido para que se deje entrevistarle y ya le preguntaré yo que piensa sobre estar viviendo encima de su suegra jajaja

    Besos

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  10. ¿Y aún te extrañas de que te queramos tanto? Deseando estoy de recibir tus collejas consuegra.

    A ver quién dice que esto lo logra "Unamas" 144 donantes en un sólo día, así es Blanca:

    http://www.pelonespeleones.com/2012/07/12/querer-es-poder-144-nuevos-donantes-de-medula-en-murcia-en-un-solo-dia/

    Muchos besos Mónica y Blanca!!!

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  11. Blanca es simplemente maravillosa.
    Sin ella no nos reiríamos tanto, ella nos llena de sonrisas cada dia con la excusa mas tonta, y a todo le saca la parte graciosa.

    Igual parece un poco frívolo, pero yo creo que a ella y a los de su al rededor le ayudan mucho, y el resto que lo tome como quiera... que yo también me reiré con ella.

    Y su lucha por los donantes de medula????? IN-CRE-I-BLE!! es una máquina!!!

    Blanca desde la distancia sabes que te quiero y que estas en mi corazón AMIGAAAA!!

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  12. "... y la bella amazona Uniteta Doscojonis se ruborizó ante tanta muestra de cariño y cabalgó feliz y orgullosa de tanta gente buena que la quería..."

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  13. Tú te haces querer Blanca, no te puedes hacer una idea los mensajes de felicitación y llenos de palabras bonitas hacía a tí que me han llegado.

    Un abrazo enorme y una vez más, muchas gracias.

    Muchas gracias a ti y muchas gracias a todos por los comentarios!!

    Besos.

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  14. Blanca eres eso que yo llamo una "AMAVIDA" y te felicito porque tienes un par de Doménicas. La entrevista es una entrañable excursión al mundo interior de Blanca y cuando sales sientes que te has sacado en el bolsillo un souvenir. Cuando salgas de tiritititi con el vestido de tirolesa porfa cuentanoslo para hacerte los coros. Un beso para tí y para Monique.
    Ángela

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